En estas marcas que ves en las fotos están grabadas sobre algunos de los sillares que forman parte del Monasterio de Rueda: las marcas de cantero. Hoy, aunque el tema da para mucho, vamos a tratar de dar pistas acerca de qué son y para qué servían, de modo que cuando vayas de visita al Monasterio puedas verlo con ojos aún más curiosos. Si te fijas bien, sabrás encontrar muchas más marcas de las que nosotros vimos.
Las marcas de cantero forman parte de lo que se conoce como signo lapidario, y son símbolos grabados por los canteros en la piedra con la intención de identificar, en principio, sus propios trabajos. Son marcas frecuentes a lo largo de la Edad Media y, sabiéndolas interpretar, ofrecen información precisa acerca del maestro artesano, de dónde trabajo o de la experiencia que tenía.
Sin embargo, hay estudiosos que refieren esas marcas como símbolos asociados a lo esotérico. Hoy, dejaremos aparte lo que tiene que ver con lo mágico y lo místico e, incluso, con la logia masónica.
La explicación más común es también la más prosaica: los canteros marcaban sus piedras con objeto de saber cuántas habían trabajado y colocado para poder facturar después por su trabajo. Otros autores añaden que, además, las marcas servían de indicaciones acerca del modo en cómo deben ser colocadas las piedras e, incluso, identificaban a los donantes que permitían, con sus aportaciones, la construcción del edificio.
En cualquier caso es muy difícil sistematizar una tipología de marcas. Cada cantero tenía la suya y no existían registros con las claves capaces de traducir lo que querían decir esos dibujos en la piedra. Eso sí, cada maestro cantero tenía su propia marca: en la Edad Media las logias de los gremios de los canteros asignaban una a cada aprendiz que alcanzaba el grado de maestro que en sus trabajos. Las marcas éste debía usar después en todos sus trabajos. Las marcas podían heredarse por los descendientes y evolucionar en dibujos más complejos.
Resumiendo, podemos decir que la función de la marca de cantero es triple:
- Identificar al autor para contabilizar el número de sillares fabricados.
- Señalar cual era el modo correcto de la colocación de las piedras: a estas marcas se las conoce, también, como marcas de asiento
- Indicar a qué gremio o taller se pertenecía.
Las marcas de cantero aparecen sobre cualquier tipo de edificio por lo que no hay que asociarlas, únicamente, a las construcciones religiosas.
Las marcas fueron evolucionando con el devenir de los años y se fueron añadiendo, en muchos casos, marcas de honor en forma de escudo que identificaba a los canteros más prestigiosos. Estas piedras con sus marcas se colocaban en los lugares más visibles.
En algunos casos, el de los canteros más famosos, pueden aparecer junto a la marca la inicial del nombre. De algunas, muy pocas, consta registro y puede saberse el autor.
Las marcas no eran solo propias de los canteros: los carpinteros también eran gremios reputados que dejaban su huella sobre los trabajos que realizaban. Sin embargo, el paso del tiempo y los incendios han hecho que las marcas hechas sobre madera sean mucho menos frecuentes.
A medida que las marcas se asentaban y el prestigio crecía, los diseños podían ir haciéndose más ricos y adquirir simbología nueva. Se usaban, por ejemplo, signos religiosos cristianos como cruces o crismones pero también es frecuente encontrase simbología judía,como las estrellas de cinco puntas e incluso árabe, como la media luna. Algunas marcas precen también asociarse a signos signos del zodiaco e, incluso, hay estudiosos que apuntan que muchas marcas no son otra cosa que mensajes solo comprensibles entre miembros de la misma logia o gremio. Existen también grabados en la piedra con motivos florales o naturales, otros que representan relojes de sol y hasta tableros propios de juegos de la Edad Media. Otras marcas se usaban a modo de indicadores para los peregrinos.
La mayoría de las marcas –como las que puedes encontrar en el Monasterio de Rueda- son marcas geométricas que suelen estar talladas solo en dos partes de la piedra: el anverso y el reverso. Se colocaban en lado externo y el interno de la pared y son más frecuentes en muros que dan al interior de los edificios.
Las que hemos fotografiado aquí podrás verlas en el exterior de la fachada en el dintel de entrada a la Iglesia y su magnífica sala de las columnas y en el exterior, en la zona que paso al acceso a la torre. Pero seguro que, si te fijas, serás capaz de encontrar más.
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