El Vareador: icono de la historia de Escatrón

Los pueblos nos volcamos en recuperar parte de nuestro adn, de nuestra historia, para ofrecérselo a aquéllos que vienen hasta nosotros buscando la parte auténtica y más ancestral de una historia que está en el origen de la suya. Es la esencia del turismo rural que tiene, también, mucho de cultural.

Iniciamos una serie de entrevistas para poner en valor la parte humana de los pueblos, sus gentes, que son, al fin y al cabo, quienes hacen la historia.

Entrevistamos al escultor Toño_RAPA.

A las 19.30 suena el primer chupinazo. El ambiente se concentra en la Plaza de Santa Bárbara, lugar de donde parten las carrozas. El recorrido, animado por la charanga, es corto: la primera parada llega pronto, junto al Polideportivo en el lugar en que se levanta la figura del Vareador. La comitiva se detiene: toca ponerle el pañuelo a la escultura. Suena el segundo chupinazo. Las carrozas ya no se detendrán hasta la Plaza San Roque. Se alejan con ganas de fiesta recién estrenada después de rendir homenaje a una figura que viene a ser la esencia de todos nosotros.

¿Qué es el Vareador?

El vareador es un homenaje a mi padre, al agricultor en general y a las tradiciones de Escatrón.

Quien nos lo cuenta es Antonio Ramón Ezquerra, de nombre artístico Toño-RAPA. No todos le pondréis cara. A Toño le ocurre lo que a gran parte de artistas y a la totalidad de artesanos: se los conoce por su obra. Su trabajo les sobrevive. Nada grave: es por lo que luchan todos.

Toño se define como mitad artista y mitad artesano, normal cuando uno se dedica a un trabajo que primero requiere del esfuerzo creativo y de cientos de minutos de miradas perdidas al techo y, después, de la habilidad de unas manos hechas a golpe de técnica. Es lo que deducimos de sus respuestas:

¿Qué le inspira a la hora de crear?

-Me Inspiro en el gen, el nacimiento , la naturaleza …

 ¿Cuánto hay en su trabajo de investigación?

-La necesaria y un poco más …

Volvamos a su obra. El Vareador es ya un elemento más de la iconografía escatronera, forma parte de su paisaje cultural y se ha incorporado, con la naturalidad propia del que vive en su casa, a los principales eventos festivos del pueblo. Todos conocen la figura de ese tipo imponente que sostiene una vara bajo el olivo. Quiere ser memoria de un tiempo en que Escatrón se vestía de barro y verde, de paños de lona, de frío y escarcha, de cierzo… y sus gentes salían al campo a llegar olivas porque era lo que sabían hacer y lo que tenían que hacer. El Vareador es parte de nuestra memoria colectiva.

¿Cómo nace la idea?

–La idea nace de tener que realizar mi proyecto fin de carrera. Para ello pienso en lo que hemos vivido mi familia y yo, el campo, la agricultura, la oliva… Presento el proyecto en la Escuela de Artes y en el Ayuntamiento de Escatrón. Lo aprueban en ambos sitios.

¿Cómo se gesta?

-La elaboración de esta escultura arranca con los bocetos a lápiz sacados de un modelo natural ,que en este caso fue mi buen amigo Bautista Gracia. Estudio de anatomía y proporciones. Modelado en barro a escala ,vaciado en escayola y resina y estudio de ubicación y anclajes.

 

Lo cuenta como quien explica una técnica que todos conocemos, como quien pasa por de puntillas por las distintas fases porque no quiere aburrir, por no molestar. Y esta debe ser la parte amable de su trabajo, la de pensar y decidir. Luego llegará la de ejecutar y trabajar sobre la mole rocosa de una piedra que se trae de Vinaixa, en Lleida. Es allí donde encuentra el material que busca: robusto y cálido.

–Arenisca de grano muy fino -esencial para la talla- de color ocre-gris suave ,compacta y resistente a los agentes  atmosféricos-. Nos cuenta el autor.

¿Cómo se modela ese material? ¿Cuáles son las dificultades técnicas más allá de las artísticas?

–La talla y modelado de un bloque de piedra de cerca de 6.000 kg, .2.50 m de alto, y 1. de ancho x 1m de profundidad, impone. El comienzo ha de ser una ampliación de la maqueta al original , en este caso de 5 veces y media, trasladando medidas y sacando miles de puntos de referencia. El desbaste -eliminación de las partes gruesas sobrantes- es duro y ajustado. Luego, como en casi todas las disciplinas, de lo general a lo particular hasta terminar con los detalles ,siempre a mano.

 

 Toda piedra es una escultura. Sólo hay que saber leer en su interior… y mostrarlo. Y cuando esa piedra se esculpe asume una identidad nueva que es más que su propia materia. Es lo que ocurre con El Vareador: la piedra trasciende su propia belleza para vestirse con los atributos colectivos que nos son propios a todos. Por eso forma parte ya de nuestro imaginario. Nos recuerda lo que fuimos: es nuestra memoria. El éxito de esa escultura, su belleza, consiste en en identificarnos, en hablar por nosotros. De ahí su gran aceptación.

 

No es fácil conciliar tan buenas críticas, tener tan buena acogida. ¿Se siente profeta en su pueblo?

– Para mí es un gran honor que “el vareador” represente a mi pueblo y sea honrado como tal, en definitiva para eso se hizo y  cumple su cometido. Profeta soy en mi pueblo y  solo puedo dar gracias a los que lo han hecho posible y disfrutar de ello.

Porque el Vareador no es el único trabajo del autor que podemos ver en Escatrón. El Ayuntamiento aparece decorado con tallas de bronce homenaje a Santa Águeda y a nuestras tradiciones. Además, su trabajo como restaurador puede verse en el Retablo Mayor de la Iglesia; en los peirones del Vía Crucis de la ermita de Santa Águeda, en el Ángel Custodio de alabastro que permanece alojado en su hornacina; en el exterior de la iglesia; en los bancos de piedra del Barrio Verde o los de la Avenida Goya, junto al Portellar. Por allí habréis pasado multitud de veces flanquedados por un mural del que también es autor.

Actualmente expone en Vinaceite. Hasta mañana podréis disfrutar de sus últimos trabajos en los que cobran protagonismo materiales como el bambú, la caña, la madera y la piedra. Todo en un afán por  transmitir su pasión por la naturaleza de los materiales y las formas orgánicas. Obras dinámicas y ligeras que parecen cobrar vida al pasar junto a ellas. Las podéis ver en el nuevo Salón Cultural de Vinaceite.

Toño-RAPA es escultor y restaurador. Estudia artes y Oficios en Zaragoza especializándose en escultura y artes plásticas. Trabaja durante varios años como restaurador y tallista realizando trabajos en el Retablo Mayor de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Escatrón. Sus trabajos pueden verse también en la Catedral de Oviedo, Burgos, Gerona, el Palacio de la Granja en Segovia… Durante diez años comparte su faceta creativa con la docencia. Actualmente se encuentra trabajando en proyectos personales.

Su marca, una oliva con tres hojícas de olivo y está repartida por gran parte de la geografía de la Península. Como los antiguos canteros: artesanos y artistas.