Esta no es sino una cronología de las fiestas, un cuaderno de bitácora a modo de resumen que quiere recoger los principales actos de las Fiestas de Santa Águeda de Escatrón para que queden aquí, en nuestra web, a modo de diario, para terminar de seducir a quien aún dude en venir o para recordar a quién ya estuvo todos los momentos emotivos que le arrancaron nuestras tradiciones.
Las Fiestas de Santa Águeda empiezan siempre, oficiosamente, un sábado, el fin de semana previo a la Presentación… Pronto, por la mañana, desafiando el frío que suele hacer en febrero, para salir al monte y cargar los remolques con la leña necesaria con la que alimentar nuestras tres hogueras: la de las plazas de la Iglesia, San Roque y Barranco. La tradición manda que allí, en el mismo campo, el mayordomo de las fiestas se ocupe de restaurar las energías perdidas con un buen almuerzo campero.
Una semana después, el fin de semana previo al inicio de las Fiestas, tiene lugar la Presentación de la Reina, Damas, Reinicas y Real Moza del Cachirulo. La reina saliente cede su corona a la entrante ante las autoridades municipales: es el primer acto oficial y solemne de las fiestas que se abren, después, a ritmo de vals:
El día 4 de febrero son las vísperas. Es el día en que la Pregonera reúne al pueblo bajo el balcón del Ayuntamiento para hacer oficial el inicio de las fiestas, entre aplausos, cohetes, bombas y truenos. Las carrozas con la Dama y las Reinas, Reinicas y Real Moza, comienzan su paseo festivo por las calles del pueblo, seguidos por la comitiva de público y cabezudos que vienen y van, amagan y “encorren” a los más pequeños. Sea como sea, todo el mundo se encuentra después, indefectiblemente, en el vermút que las protagonistas de las Fiestas ofrecen al pueblo en el Pabellón de Santa Lucía. Después, por la tarde, llegarán las Vísperas y Salve en la Ermita de Santa Águeda, y la primera hoguera en la Plaza de la Iglesia, y más baile… hasta el amanecer del día 5, el día grande. El día en que nuestra patrona sale en procesión por las calles del pueblo, flanqueada por las “panbenditeras” y sus canastillos y precedida por su escolta de escopeteros. Se trata, la nuestra, de una procesión única y, posiblemente, del acto más arraigado también a nuestra cultura y tradiciones.
Las fiestas no acaban aquí. El día 6 aún tendremos tiempo de homenajear a nuestros ancianos y de reunirnos en torno a un palo y a unas cintas que se trenzan y destrenzan para coreografíar un baile que mantiene intacta su esencia con el paso de los años y que sigue siendo tan singular como emotivo.
Imágenes: Gema Pina, Nieves Fillola, Susana Barrachina, Pili Germán, Plan B de Comunicación
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