(Los músicos) Son unos héroes y por eso me esfuerzo para que se les reconozca “todo lo que hacen” … y “lo bien que lo hacen”.
(Ángel Marín. Director de la Laudística de Escatrón)
Nos sentamos en la mesa del bar. Es la hora del vermut. A Ángel le gusta salir, tomar el pulso a la calle y hablar con sus vecinos. A lo largo de la entrevista muchos nos interrumpirán para saludar: señal de que quien tenemos enfrente es un tipo sociable. De no ser así, difícilmente podría llevar el nombre de Escatrón de escenario en escenario y recoger aplausos y méritos a partes iguales.
¿Qué diferencias hay entre una orquesta, una banda de música y una laudística?
No me atrevería a definirlo con absoluta rotundidad (porque la línea que las separa es muy delgada y muchas veces hasta se confunde), pero una Orquesta está formada por un conjunto de músicos con instrumentos de las cuatro familias principales (cuerda, metal, madera, percusión), una Banda de Música estaría formada por músicos con instrumentos de la familia del metal, madera y percusión (lo que se conoce como viento y percusión); y una Laudística sería un conjunto de músicos con instrumentos de la familia del Plectro (principalmente Guitarras, Bandurrias y Laúdes), lo que también se conoce como Orquestas de Pulso y Púa por ser instrumentos de cuerda pulsada, como la Guitarra, Guitarrón, Guitarra Bajo o tocados con púa: bandurrias, laúdes, mandolinas.
¿Cuáles son los objetivos musicales de la laudística?
Los objetivos primordiales cuando nacieron este tipo de formaciones, eran los de equiparar a los instrumentos (y a los instrumentistas) de la familia de la Cuerda Española, con el resto de los instrumentos de las Orquestas Sinfónicas, y no relegarles únicamente a un papel menor dentro del folklore popular.
Hablamos con Ángel Marín, director de la Orquesta Laudística Municipal de Escatrón, Sástago e Híjar. Ochenta y tres músicos que son mucho más que eso. Y treinta y seis años de vida musical en un entorno tan difícil y complejo como el rural. Ángel recibió la batuta de su predecesor, su profesor D. Antonio Bernal. Corría 2007. Profesor y…
…amigo, confidente, compañero y director……. y menos lo último, lo demás lo sigue siendo. Me dejó la batuta de las tres Orquestas para que continuara una labor, sin intentar suplantarle, y con total libertad para ser yo mismo, y hacer lo que mejor vea con la dirección y el destino de los tres grupos. Lo que importaba era la continuidad de la música de Pulso y Púa en Hijar , Sastago y en Escatrón, por el bien de las personas que estaban en el grupo, por el bien del público que año a año acudía a vernos, y por el bien del futuro de esas poblaciones.
Desde entonces hasta ahora la Laudística ha recorrido un camino difícil, de sacrificio y reconocimiento escaso. Y no porque no salgan al campo a ganar. Que sí. Pero ocurre que en esa liga en la que les toca jugar hay un rival de champions: la jota.
Desde un punto de vista instrumental (jota y laudística) tienen una relación muy estrecha, ya que ambas actividades se realizan con los mismo instrumentos, pero no cabe duda que al mundo de la “Jota” se le reconoce y potencia mucho más que al mundo de las Orquestas Laudísticas. Los músicos, en muchas ocasiones, somos los mismos y un buen “tocador” (o tañedor), no tendrá problemas en ninguna de las dos formaciones.
Eso sí, mientras las rondallas viven por y para la jota, la laudística es más versátil.
El objetivo de nuestras agrupaciones es equiparar nuestra actividad y nuestra puesta en escena con el de una Orquesta. Es muy lógico pensar que en nuestro repertorio no pueden faltar los grandes Clásicos de la Historia de nuestra música. Desde Mozart, Beethoven, Vivaldi, Albinoni, Verdi, Granados y un largo etc. , con obras de corte muy popular y que nuestro público pueda reconocerlas fácilmente al oído.
Y pasodobles, zarzuelas, clásicos populares, bandas sonoras de películas, éxitos del rock y el pop… con un objetivo confeso: que los conciertos resulten de lo más ameno y entretenido para quien escucha pero también para quien toca.
Creo que es importante por un lado formarnos nosotros como músicos, y ahí es fundamental la elección de las piezas en función del nivel del grupo para poder ejecutarlas. Y que las personas conozcan e interpreten diferentes registros o géneros es uno de los objetivos de crecimiento que nos hemos marcado.
Y por otro lado, llegar a conectar con el público (que en nuestro caso tiene mucho que ver con el entorno rural en el que estamos, y su criterio y su formación musical a la hora de entenderlo y valorarlo), por lo que la elección de un repertorio adecuado es muy importante para conectar a las dos partes.
Aunque no todo vale. Sólo se tocan temas de calidad contrastada. Y con la intención de que esa labor pedagógica supere el escenario y llegue al público.
Explicamos un poco la autoría de las obras, cuándo se hicieron, el contexto en el que se crearon, un poco musicalmente lo que tienen que apreciar, en fin; un Concierto un tanto educativo para que el público aprenda y aprecie aquello que hacemos (y si encima lo transmite a todos aquellos que no han venido, mucho mejor).
Le preguntamos por géneros, programas, historia, pedagogía… antes de caer en la cuenta de que la Laudística es una agrupación que vive de músicos que no son profesionales. Hablamos de vecinos que se las ven con el instrumento a fuerza de voluntad y tesón para hacerlo sonar luego como merece. Hablamos de gente corriente.
Son gente muy maja. Suele ser gente comprometida socialmente con su pueblo. Están inmersos en más de una actividad (Jota, Coral, Rondalla, Parroquia, Teatro, Grupo Musical, etc.). Son personas como tú y como yo y como cualquiera que te puedas cruzar por la calle, pero si algo nos diferencia es nuestro amor por la música y nuestra constancia y capacidad de trabajo.
Jubilados, pasteleros, carniceros, estudiantes, ingenieros, grados medios o superiores, médicos, trabajadores sociales, personas dedicadas a las tareas domésticas… personas con días llenos de rutinas, amantes de la música que roban a los suyos el tiempo que necesitan para ensayar con el instrumento.
Son unos héroes y por eso me esfuerzo para que se les reconozca “todo lo que hacen” … y “lo bien que lo hacen”.
¿Cuánto tiempo se dedica a las clases? ¿Cómo se estructuran?
Normalmente, salvo las épocas de Conciertos que quedamos algún día más, dedicamos a la clase un día a la semana, dos horas. Ese día se explica el tema, se enseña compás a compás, y se deja preparado más o menos lo que nosotros llamamos en primera lectura. Después cada uno en su casa debería de practicarlo para mejorar la ejecución o venir y preguntar, en las sucesivas clases, alguna técnica para desarrollar algún pasaje que no sal. Pero en la parte de trabajo en casa, hay muchas variables que no podemos controlar.
Solos ante el peligro. Y, sin embargo, constantes y esforzados. Sólo desde esa tozudez, sustentada en el amor por lo que hacen, se entiende que la Laudísitica sobreviva mejorando año tras año. Y sobrevive. Más allá de las ligadas a las tradiciones no hay ninguna otra actividad cultural que perdure tanto en el tiempo y que mantenga una base tan fiel. Y, claro, todo tiene su razón de ser.
El secreto es el respeto mutuo entre todos (ya que pasamos muchas horas juntos y esto es como una convivencia), y también tener muy claro el papel que cada uno desempeña en el seno del grupo, sabiendo en todo momento aquello de “quienes somos”, “de donde venimos”, “y a donde queremos llegar”.Ya si acaso, en la forma de lograrlo, tengo que jugar un papel un poco más activo, pero yo también tengo que cumplir esos principios. El “Grupo” siempre está por encima de todos.
Retomamos, porque nos sorprende, el hecho de que esos músicos amateurs sean capaz de tocar como lo hacen sin saber solfeo. Y le preguntamos cómo lo consiguen.
El método es el de la Tablatura o Cifra, pero con conocimientos de Teoría Musical para poder ser capaces de tocar la misma partitura que un señor que lee solfeo y ser capaz de interpretarla al mismo nivel. (Eso ya lo hemos hecho en alguna ocasión y con alguna obra específica de Orquesta y junto a otros instrumentos de madera o metal, y nadie del público se ha enterado si el músico leía solfeo o cifra).
Aunque la cifra es el mejor sistema para músicos sin formación, el maestro apuesta decididamente por la educación musical.
Una cosa no quita la otra, pero a la gente joven que se está iniciando, si le gusta yo siempre le aconsejo el camino del Conservatorio o la Escuela Profesional.
La peculiariedad de la formación exige un trabajo que sobrepasa al meramente musical y que ayuda a crear unos lazos de los que otras orquestas con mayor pedigrí carecen.
Hay un trabajo sobre la persona que es primordial y es el dotar al músico en cuestión de unos conocimientos mínimos básicos para poder leer, interpretar y ejecutar música escrita.
Pero este trabajo cuenta con la inestimable colaboración de las personas que acuden hasta nosotros y que ponen todo su empeño en conseguir este objetivo a la mayor brevedad y con gran entusiasmo. Enseguida se ven los resultados.
Como director el trabajo también es complejo. Adaptar, arreglar, reescribir… para que el resultado se asemeje al de una orquesta de cuerda convencional.
Ahí tenemos una de las tareas más complicadas, pero a la vez más gratificante: cuando conseguimos armonizar cualquier tema de estos y vemos que, al interpretarlos, hemos llegado a emocionar.
Una de las obsesiones de Ángel es que el trabajo de sus músicos sea reconocido. Por eso no le importa dedicar horas a la promoción: quiere que el público, sus vecinos, respondan a la llamada de los instrumentos que suben al escenario de manos de sus otros vecinos, los músicos.
Que todo el esfuerzo que han dedicado las personas, se traduzca en una asistencia (no digo masiva) pero si, cuanto menos digna para nuestro nivel de población.En esto ,si que me gustaría ser algo crítico con nuestros Ayuntamientos, ya que somos una actividad Municipal, somos la Orquesta Laudística Municipal, y hemos sobrevivido (en algunos casos muchas legislaturas) a todo tipo de cambios políticos y de Concejales, y creo (y no lo digo por mi), que la gente que aporta tanto a la vida social de su pueblo, se merece un mínimo de respeto y consideración en algunas ocasiones. No es algo especialmente trágico en nuestro día a día, pero en algunas ocasiones es así. Lo dejamos ahí.
Y ahí lo dejamos. Es el único momento en lo que llevamos de entrevista en que Ángel pierde su sonrisa permanente y su expresión adopta un tono serio. El momento de reivindicar el reconocimiento justo. No en vano, como todo profeta que lo es en su tierra, y más allá de los conciertos de Navidad y fin de curso, la Laudística crece y se asienta y colabora con las Escuelas Municipales de Jota, con el Proyecto Ciudadanía de la comarca y participa en eventos como el festival RiberaBajota o en el Tambor Ixar de Híjar. Y, aún así, los apoyos institucionales son escasos si los comparamos con los que reciben bandas o rondallas.
Ahora mismo, el único apoyo institucional que tenemos es el de nuestros respectivos Ayuntamientos que subvencionan la actividad municipal. Estamos empezando a trabajar ahora con la Comarca en el Proyecto Ciudadanía (sin recibir nada a cambio más que un aperitivo al final del Concierto), y nos estamos planteando el convertirnos en Asociación para poder solicitar alguna subvención, aunque sea para el mantenimiento de cuerdas e instrumentos.
Desde la DPZ se apoya y subvenciona a las Bandas de Música, y sin embargo no sucede lo mismo con las Laudísticas. Y la promoción en la Televisión Pública de Aragón, es prácticamente nula si la comparamos con las Rondallas en el mundo de la Jota.
El apoyo institucional se hace necesario más que nunca en unas comarcas que ganan años y pierden jóvenes. De lo contrario se corre el riesgo de involucionar, disolverse y diluirse entre los muchos recuerdos de lo que un día fuimos.
Existe el riesgo, lo tenemos en nuestro día a día en nuestro pueblo. Cada vez queda menos gente joven y cada vez hay más gente mayor. Es evidente que al no rejuvenecer cualquier actividad, se corre el riego de que esta muera.
Por otro lado, al ser una actividad con un bajo contenido físico, es evidente que la longevidad la estiramos mucho (por eso tengo a gente hasta con 83 años tocando muy bien).
Y por otro lado, el hecho de que la gente joven salga del pueblo para estudiar muy pronto , es algo muy negativo para el normal desarrollo del grupo.
Ángel ataca el problema desde dos frentes: dando facilidades a quienes quieren tocar y trabajando la innovación.
Realizamos ya un primer paso que es el de pasar las clases a fin de semana para poder contar con los estudiantes que están entre semana en Zaragoza (esto me ha resultado muy positivo en Sástago y no tanto en Escatrón).
El otro gran impulso es cambiar el repertorio con temas modernos, incorporar a otros instrumentos con gente joven de la Banda (percusión, cornetas, clarinete, etc), algo de canto aprovechando a los joteros que tenemos con nosotros, algo de castañuelas, y actualizar la puesta en escena de algunos de nuestros conciertos.
Cambiar para sobrevivir. Adaptarse. Emprender. No son buenos tiempos para la lírica, aunque Ángel es consciente de que toca una buena dosis de autocrítica.
Para poder “enamorar” con nuestras propuestas tanto a la gente que venga a tocar, como a la gente que venga a escuchar.
(también) los titulares de la actividad (en nuestro caso los Ayuntamientos), tienen que hacer todo lo posible por mantenerla y que no decaiga, y por potenciarla y promocionarla como se merece, para crecer más.
Porque la base ya está: un grupo compacto que se supera un poco cada día. ¿Qué relación mantienes como director con los músicos de la orquesta? ¿Dónde está ese equilibrio entre director-amigo-vecino?
Te podría añadir……..padre, hijo, entrenador, psicólogo, confidente…. El grupo lo es todo. Es nuestro punto fuerte, pero hay que cuidarlo porque también se puede convertir en nuestro punto débil. No cabe duda de que el éxito de la actividad se lo debemos en gran medida al grupo tan excepcional y sólido que tenemos.
Ángel habla del grupo como un ente propio capaz de sobrevivir a quienes lo conforman. Éste sería su deseo más íntimo.
Cuando termine mi paso por la Laudística, me gustaría poder sentarme en la Iglesi, y seguir escuchándolos año tras año un poco mejor que el año anterior…… y un poco peor de lo que lo harán el año que viene.
Para mí sería muy importante que la actividad no acabe cuando algún día llegue la hora de dejarla. Y que no decaiga.
Mientras, porque aún nos queda mucha música de la que disfrutar, quizás pueda ver cumplido otro deseo más prosaíco.
Me gustaría salir fuera de nuestro ámbito rural. Yo sé que hay mucha gente del mundo del plectro que nos sigue, nos valora, nos anima y esto es como un corredor que está todo el año haciendo carreras en su pueblo , y piensa que algún año tiene armarse de valor y tiene que ir a Zaragoza y correr la Maratón, aunque solo sea por comparar tiempo con sus compañeros de carrera y por disfrutar de una plaza tan importante.
Me gustaría tocar en Zaragoza (y puestos a pedir o soñar, me pido el Auditorio……). Eso sería un objetivo (o un Gran Objetivo).
Pues mientras llega y no llega Zaragoza, quienes ahora podemos, seguiremos disfrutando de un sonido tan nuestro como el crotoreo de las cigüeñas del campanario o el del agua del Ebro al saltar sobre el azud. Un sonido que nos identifica como pueblo y que nos sirve de embajador: el de la Laudística de Escatrón. Por muchos años.
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