Las tormentas son un clásico del verano y, por tanto, del turismo rural. Pero para disfrutar del fragor de truenos y relámpagos y que tus vacaciones sean siempre un grato recuerdo hay una serie de consejos que conviene tener en cuenta.
No te fíes, porque aunque no lo parezca, la Naturaleza sigue sin domesticar.
Las tormentas son un fenómeno típico del verano. Todos recordamos haber visto alguna vez encapotarse el cielo de repente. El día se hace negro y caen unas primeras gotas enormes que al caer levantan el polvo del suelo. Luego llega el trueno que trae el agua y en pocos minutos las calles parecen arroyos: el Barranco, la Calle Mayor, el Barrio Verde… pendientes pronunciadas que conducen la avenida pueblo abajo. Protegidos por las tajaderas que evitan que el agua entre en los patios de las casas, a cubierto de los toldos de las puertas, nos hemos asomado muchas veces para ver ese fenómeno natural: son las tormentas de verano. Sin embargo detrás de su belleza esconden un peligro que va más allá de la cantidad de litros que sean capaces de evacuar.
Nuestros mayores sabían cómo protegerse si les sorprendía una tormenta. No tenían móviles ni tarifa de datos pero sabían cuándo era más seguro quedarse en casa o el momento en que debían de volver. Hoy, acostumbramos a salir al campo o al monte como quien pasea por un centro comercial. Hemos perdido el respeto al medio natural y eso nos hace más vulnerables. El cambio climático y las olas de calor prolongadas favorecen la presencia de tormentas eléctricas secas. Por eso, y porque en Escatrón y en el resto de la Ribera Baja del Ebro estamos en alerta amarilla por calor y la formación de tormentas, hemos pensado que no estaría de más ofrecer una serie de consejos prácticos que nos sirvan de guía en el caso de dejarnos sorprender por una de esas tormentas tan bellas como peligrosas.
Y, antes de empezar, vaya por delante un apunte general: no te fíes de lo lejos que parezca. Los rayos pueden caer hasta 20 km más allá de dónde se esté desatando la tormenta.
¿Qué puedes hacer ante una tormenta eléctrica?
- Infórmate de la situación meteorológica: Aemet te da previsiones locales muy aproximadas. Desde este enlace puedes descargarte su aplicación para móviles.
- También puedes seguir el Servicio de Información de Emergencias desde Twitter.
- Si tienes previsto hacer ruta por el monte o la montaña, procura acabar la etapa antes de las 16:00 horas: las tormentas tienden a formarse por la tarde.
- Si ves relámpagos a lo lejos, el viento arrecia o viene en tu dirección, el cielo se oscurece… es momento de buscar lugar seguro.
- Si aumenta la presencia de electricidad estática, la caída del rayo puede ser inminente. Lo notarás si sientes un cosquilleo en la piel o el vello se te pone de punta, o cuando notas una pequeña descarga sólo con rozar a tu compañero de marcha.
- Aléjate de los lugares elevados y busca refugio en los más bajos, teniendo cuidado de no cobijarte en lugares proclives a las avenidas de agua.
- No corras. Menos aún si ha empezado a llover y tu ropa está mojada. Las turbulencias que se crean tras de ti pueden atraer mejor los rayos.
- Apaga el móvil.
- Aléjate de la bici o de los bastones de andar. Despréndete de utensilios metálicos.
- No te refugies en lugares aislados o altos: una roca, un árbol solitario. Hazlo en un lugar más frondoso y bajo un árbol pequeño.
- Comprueba que no tienes cerca tendido eléctrico, torres o vallas metálicas, vías del tren o máquinas.
- Evita ser el punto más alto: las praderas, campos labrados, extensiones llanas… harán de ti un receptor en potencia. En casos como éste, y si no te queda más remedio, acuclíllate y permanece lo más agachado que puedas sin tocar el suelo más que con los pies (calzados, claro). No te tumbes nunca. Si estás con un grupo de personas en un caso así, se recomienda cierta dispersión: si una persona sufre una descarga las demás también podrían ver afectadas.
- Las tiendas de campaña no son seguras.
- Si te encuentras en un refugio pequeño y aislado –un cobertizo, una choza… piensa que estás más seguro si consigues aislarte del suelo: por ejemplo, sentado en una silla y con los pies en alto.
- No busques refugio cerca de ríos o lagos. Y, por supuesto, sal del agua de inmediato.
- Si encuentras una cueva úsala: mejor si es ancha, profunda y no tiene salida que sirva de canal de paso a un rayo. Recuerda que las corrientes de aire los atraen.
- Si tienes el coche cerca, refúgiate dentro con el motor apagado y completamente cerrado. Y no toques las partes metálicas del vehículo.
En cualquier caso, piensa que, además del agua, siempre hay dos cosas que nunca debes olvidar antes de echarte al monte: la información y la precaución. O lo que es lo mismo, el sentido común.
Disfruta de nuestro entorno natural. Pero, eso sí, con prudencia.
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